La autora de este texto no será tan cruel como para proponerte que para amar a alguien más hay que empezar por uno; pero eso sí «si vas a ponerle fe a algo que te muestra potencial, que sea a tu propio potencial».
Eres increíble, pero… no estoy listx para una relación.
Eres increíble, pero… tienes hijos.
Eres increíble, pero… estás muy lejos.
Eres increíble, pero… me da miedo salir lastimadx, no sé como darte lo que necesitas.
Existen muchas razones por las que las personas se ven conflictuadas al momento de establecer compromisos. Incluso, en mi práctica como psicóloga, como mujer y amiga, he notado que muchas personas encuentran dificultades para decir que están o tienen una relación. Como si tener una relación fuera algo que asustara o espantara.
Pero no ponerle nombre a una relación no hace que deje de ser una relación. Y relacionarnos es parte de lo que buscamos los seres humanos.
Lo que pasa es que nadie quiere ser vulnerable, porque ser vulnerable significa ponerse en una posición en la que se puede salir lastimado. Y nadie quiere ser lastimado.
El meollo del asunto de las relaciones es que, aunque no queramos, siempre está la posibilidad de salir lastimado o lastimar a alguien. Es así. El que no arriesga, no pierde, pero tampoco gana. Y creo que es una forma de protegerse que aporta muy poco.
Otra cosa que escucho y leo mucho es esta idea de que «para poder ser amado, hay que amarse a uno mismo primero». Una aseveración un poco extremista y cruel. El camino al amor propio es laaargo… e incluso puede durar toda una vida. El convencerse de que hasta que uno no se ame no va a ser amado, nos pone en un lugar bastante difícil de sostener.
Todxs buscamos seguridad
Creo que hay un punto medio: uno puede buscar conocerse y en el camino de conocerse y amarse, también puede ser amado por alguien más. Hay una frase de Sigmund Freud que dice: “Cuán audaz se vuelve uno cuando está seguro de ser amado”. Y concuerdo en el sentido de que es importante para las personas sentirse seguras para desarrollarse.
Todas las personas, buscamos seguridad. Pero, es cierto también que unx puede aprender, a través del autoconocimiento. El cerebro es un órgano interesante y con muchos misterios que todavía la ciencia no termina de comprender; pero hasta ahora no se ha descubierto nada que sea más positivo para su desarrollo que el amor.
El amor y la seguridad van de la mano.
Creo que aunque no estemos ni a la mitad del camino de amarnos completamente —algo a lo que muy pocos llegan— es interesante preguntarnos cuántas condiciones nos ponemos a nosotrxs mismxs para amarnos y aceptarnos.
«Cuando esté flaca, me voy a querer».
«Cuando tenga (inserte equis número de títulos académicos), me voy a querer».
«Cuando tenga la relación perfecta, me voy a querer».
Hasta que nosotrxs mismxs no dejemos de ponernos tantas trabas y condiciones para querernos, vamos a seguir acrecentando la distancia para llegar al idealizado amor propio y seguir buscándolo afuera.
Algunas cosas que me han servido personalmente, y que veo que también les han servido a mis pacientes, (aprendiendo de las relaciones fallidas, casi-algos, y demás) para conquistar el movedizo terreno emocional, en el que nos toca transitar, ha sido:
- Dar tiempo para conocer las emociones que más nos afectan: la tristeza, el enojo, la decepción, y darles un lugar, por ejemplo, escribiendo.
- Cuando pensamos en todas esas cosas que queríamos hacer con esa pareja que ya no está: hacerlas igual, pero con unx mismx.
- Resignificar el estar solx: no estoy solx, si estoy con la mejor compañía y la que me va acompañar desde que llego hasta que me voy de este mundo: yo misms.
- Bajarle a las expectativas de lo que hemos idealizado como perfecto: ¿por qué estar solos es algo feo y que nos da ansiedad, cuando puede ser una oportunidad de conectar más conmigo y darme lo que necesito a mi ritmo y tiempo?
Si bien no podemos controlar lo que sucede afuera —incluyendo a las personas que nos dicen que no nos quieren en su vida, que no quieren construir con nosotrxs, que no somos suficientes—, podemos controlar hasta dónde le damos poder a esa situación.
Si una persona te quiere en su vida, te pondrá en ella. No habrá excusas ni dudas, y por eso mismo, hay que tener como un tesorito nuestra dignidad.
Así que si vas a dedicar tu atención y energía a algo o a alguien, dale algo que pueda crecer y prosperar. Para mí, invertir tiempo, energía y atención en mí misma nunca ha sido un desperdicio.
Si tienes amigxs que te aman, familia que te ha dado seguridad, cuida de eso y no te desgastes pensando en lo que podría haber sido con alguien que definitivamente no quiere estar ahí. Si vas a ponerle fe a algo que te muestra potencial, que sea a tu propio potencial.
Redirecciona, decide y date ese empujoncito. Como decía mi tía: “deje ahí no más si no está a la altura de las circunstancias”. No bajes tus estándares solo por miedo a pasar una temporada de soledad, y disfruta de tu compañía convirtiendo a la soledad una aliada más para hacer crecer tu amor por ti.