La crisis carcelaria en Ecuador, que ha dejado al menos 680 muertos dentro de las prisiones desde 2018, tiene profundas consecuencias en las personas encarceladas y sus familias. Y aunque la cobertura mediática de esta crisis ha sido extensa, poco se ha dicho acerca de las mujeres afectadas por el encarcelamiento: quienes viven tras las rejas y quienes están fuera de ellas, pero que mantienen una íntima relación con la vida de adentro.