Un padre muere.
Y el mundo parece romperse en pedazos.
La tensión, los pedazos recogidos que a ratos arrancan recuerdos, risas de los espectadores tienen como fuente a los actores de la obra argentina ‘Imprenteros’, interpretada y dirigida por la actriz, directora, dramaturga y profesora porteña Lorena Vega.
A ella, que no ha dejado de hacer teatro desde los 16 años –tiene 49–, cuando iba a visitarlo en vida, Alfredo Vega, su padre, a veces le soltaba una aclaración y una pregunta:
—Todo bien con el teatro, pero ¿cuándo vas a trabajar con Suar?— en referencia al productor de televisión argentino Adrián Suar.
En enero de 2025, ocho años después de la muerte de su padre, Lorena interpretó a Valeria, una psicóloga en la película ‘Mazel Tov’, dirigida por Suar.
En una entrevista reciente le preguntaron qué le diría a su padre y ella, casi nunca predecible, respondió:
—Viste que al final sí trabajé con Suar…

Alfredo era imprentero. Ficcerd, su imprenta, está ubicada en Lomas del Mirador, Gran Buenos Aires. Vega buscó en sus alrededores los primeros teatros para estrenar ‘Imprenteros’, una obra que nació en un taller de biodrama para el cual entrevistó a su hermano menor, Sergio. Ella creía que la obra iba a tener pocas funciones, pero su lenguaje ha resonado y se ha paseado por la capital argentina. Y ahora recorre otros países, como Ecuador.
—Como la historia tiene que ver con los vínculos familiares y oficios artesanales la mayor parte de la población se ve identificada con esas cuestiones, se emocionan con la misma fuerza que pasa en Argentina— decía al final de una clase de sus ‘Partituras escénicas’, en el Teatro Nacional Sucre.


Antes de que arribara a Quito, el periodista Federico Bianchini, que suele retratar a deportistas extremos, recordó –en una nota de El País, de España– que este año Lorena Vega está actuando y dirigiendo las obras: ‘Las cautivas’, ‘Precoz’, ‘La vida extraordinaria’, ‘Yo, Encarnación Ezcurra’, ‘Imprenteros’, ‘Testosterona’ y ‘Civilización’ además de los audiovisuales: ‘Mazel Tov’ y el documental ‘Imprenteros’ o las series ‘Envidiosa’ (que va por su tercera temporada), ‘El fin del amor’ (segunda) y ‘En el barro’ (por estrenarse).
En un momento de la entrevista –que no está incluido en el video que se puede ver en esta nota–, comparé el tono de la obra que Lorena trajo a Quito –además de ‘Testosterona’– con la universal escritura de provincia de la entrerriana Selva Almada –recién nominada al Premio Rómulo Gallegos– y con el cine western.
Ella aprobó esa observación a larga distancia:
—Hay un paisaje muy enorme y diverso, pero hay un gran espacio para pensar un western sudamericano con todo lo que eso trae: los largos tiempos, los silencios, el ruido del viento más fuerte que el de las voces. Todo eso nos constituye y para mí es un paisaje que también siento que me narra (…) Pareciera que hay algo que siempre va a ser igual y nunca se acaba. Es un drama argentino: la historia se repite mucho, como la ruta pampeana.
Esta entrevista es una muestra de su convicción en que todo es ficción, incluso el teatro documental: