Reflexiones de una mujer re-parada

Desde el estigma de las engañadas

– La de la banda –

Shakira nos removió el cerebro y el corazón a todas después de la sesión # 53 con Bzrp. No podemos dejar de hablar de ella. No dejamos de tararear su canción. Nos despertamos de madrugada pensando en las claves que nos reveló.

Y el efecto viene, entre otras cosas, porque Shakira habla desde un lugar en el cual se reconoce vulnerable, lugar que no es fácil. Además, porque la gran mayoría de personas hemos vivido algo como esto: ser víctimas de una infidelidad.

Antes no podíamos hablar de estos temas, teníamos que bajar la cabeza y aceptar el estigma de ser cachudas. Sé que esta no es la primera vez que una cantante asume haber sido traicionada por quien ama. Lo especial de Shakira es que conocemos a los involucrados y vemos el sabor de su venganza, queremos que la persona que nos hizo daño pague su propio karma.

A mí me escribió la amante número 4 confesándome todo lo que hizo: “Pasó esto y esto y me arrepiento. Perdóname, solo tú entenderías todo, admiro tu gestión, por eso necesito que me perdones.” Lo único que pensé fue: “¿¡KAAA!?”

Pero cuando me enteré de todas las mentiras que le había dicho el cacas a la fulana #1 —la oficial, la que duró el mismo tiempo que yo—, y a todas las amantes que tuvo, sentí la responsabilidad feminista de decirles “Amiga, date cuenta”.

Y tenía estas conversaciones con mis amigas, pidiendo consejos:

– Sí, el puesto de esposa ya está libre, pero el de amantes es infinito. Estas mujeres saben con quien se meten.

– Y está bien si lo quieren hacer, no se merecen violencia. Pero, son personas pensantes que saben lo que hicieron, nadie las obligó, aunque probablemente sí, por la manipulación que se mandan, pero igual distinguen entre lo que está bien y está mal. Son personas hasta religiosas y aún así duran años de años viviendo una doble vi

– Y bueno, me están haciendo daño a mí, porque, además, a toditas las conozco. ¿Cómo perdonas todo eso?

¿Tú, que lees, qué hubieras hecho?

Yo preferí cortar toda comunicación con él y sus tentáculas.

Por eso siento que Shakira canta por mí, a quien engañó cuando estaba con cáncer y lo iba a visitar al hospital la amante, después de cuidarlo e irme a cambiar de ropa a la casa.

Shakira me canta a mí, que me quede cuidando a su mamá cuando se enfermó.

A mí, que descubrí que nos regaló el mismo encendedor Zippo de diferente color. A mí, que lo descubrí mientras besaba a otra en el carro. A mí, que vi la playlist de Spotify con un  seguidor adicional. A mí, que no me regaló el dibujito cursi que lo vieron haciendo. A mí, que le descubrí el chat de whatsapp con todas las fotos y la historia de amor con varias mujeres. A mí, que vi el dick pic que le mandó a la fulana en el baño de nuestra casa.

A mí, que porque jugaba Pokemon Go tenía activada su ubicación y descubrí que no estaba con su hermano. A mí que me llevó a la cafetería que llevó a la otra. A mí que me engañó con mi mejor amiga el día de mi boda. A mí, que me casé el mismo día que cumple años su amante.

A mí, que cuando mis amigas mencionaron Tinder, él dijo “si me ven un perfil, es falso, mis amigos me hicieron la joda.” A mí, que vi el storie de su mejor amiga y salía su brazo, con el reloj que le regalé, mientras la abrazaba. A mí, que le encontré el comprobante del celular que pensé que me regalaría por navidad y no me regaló nada.

Shakira canta para mí, que llevé a su mamá a ponerse la vacuna del Covid – 19 mientras se iba de viaje a Cancún con la fulana y el hijo. A mí, que me dijo que iría a una reunión familiar, pero se perdió todo el día. A mí, que me dijo que me amaba y vi las capturas de todas las mujeres a las que les dijo lo mismo.

A mí, que mientras estaba de viaje por trabajo, él se iba a la playa con ella. A mí, que tenía un horario de visita a su familia y era su amante. A mi, que nadie me dijo mientras muchas personas sabían. A mí, que hacía sus juegos psicológicos para hacerme sentir que estoy loca por dudar de él. A mí, que me dio Covid y cuando lo descubrí me tocó confinarme con él en la misma casa. A mí, que no me di cuenta y su serie favorita era Cheaters. A mí, que cuando estábamos amarrados de lejos estuvo amarrado con su exnovia a la vez. A mí, que cuando lo llamé por teléfono contestó ella, a mí que nunca quiso presentarme a su mamá porque resultó que yo era la otra.

Shakira nos empodera, nos llama a ser las lobas que facturan  sin importar el qué dirán. Shakira nos dice que no vamos a aguantar sus mentiras, y no vamos a volver a callar y bajar la cabeza.

FIN

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    Shakira nos removió el cerebro y el corazón a todas después de la sesión # 53 con Bzrp. No podemos dejar de hablar de ella. No dejamos de tararear su canción. Nos despertamos de madrugada pensando en las claves que nos reveló.

    Y el efecto viene, entre otras cosas, porque Shakira habla desde un lugar en el cual se reconoce vulnerable, lugar que no es fácil. Además, porque la gran mayoría de personas hemos vivido algo como esto: ser víctimas de una infidelidad.

    Antes no podíamos hablar de estos temas, teníamos que bajar la cabeza y aceptar el estigma de ser cachudas. Sé que esta no es la primera vez que una cantante asume haber sido traicionada por quien ama. Lo especial de Shakira es que conocemos a los involucrados y vemos el sabor de su venganza, queremos que la persona que nos hizo daño pague su propio karma.

    A mí me escribió la amante número 4 confesándome todo lo que hizo: “Pasó esto y esto y me arrepiento. Perdóname, solo tú entenderías todo, admiro tu gestión, por eso necesito que me perdones.” Lo único que pensé fue: “¿¡KAAA!?”

    Pero cuando me enteré de todas las mentiras que le había dicho el cacas a la fulana #1 —la oficial, la que duró el mismo tiempo que yo—, y a todas las amantes que tuvo, sentí la responsabilidad feminista de decirles “Amiga, date cuenta”.

    Y tenía estas conversaciones con mis amigas, pidiendo consejos:

    – Sí, el puesto de esposa ya está libre, pero el de amantes es infinito. Estas mujeres saben con quien se meten.

    – Y está bien si lo quieren hacer, no se merecen violencia. Pero, son personas pensantes que saben lo que hicieron, nadie las obligó, aunque probablemente sí, por la manipulación que se mandan, pero igual distinguen entre lo que está bien y está mal. Son personas hasta religiosas y aún así duran años de años viviendo una doble vi

    – Y bueno, me están haciendo daño a mí, porque, además, a toditas las conozco. ¿Cómo perdonas todo eso?

    ¿Tú, que lees, qué hubieras hecho?

    Yo preferí cortar toda comunicación con él y sus tentáculas.

    Por eso siento que Shakira canta por mí, a quien engañó cuando estaba con cáncer y lo iba a visitar al hospital la amante, después de cuidarlo e irme a cambiar de ropa a la casa.

    Shakira me canta a mí, que me quede cuidando a su mamá cuando se enfermó.

    A mí, que descubrí que nos regaló el mismo encendedor Zippo de diferente color. A mí, que lo descubrí mientras besaba a otra en el carro. A mí, que vi la playlist de Spotify con un  seguidor adicional. A mí, que no me regaló el dibujito cursi que lo vieron haciendo. A mí, que le descubrí el chat de whatsapp con todas las fotos y la historia de amor con varias mujeres. A mí, que vi el dick pic que le mandó a la fulana en el baño de nuestra casa.

    A mí, que porque jugaba Pokemon Go tenía activada su ubicación y descubrí que no estaba con su hermano. A mí que me llevó a la cafetería que llevó a la otra. A mí que me engañó con mi mejor amiga el día de mi boda. A mí, que me casé el mismo día que cumple años su amante.

    A mí, que cuando mis amigas mencionaron Tinder, él dijo “si me ven un perfil, es falso, mis amigos me hicieron la joda.” A mí, que vi el storie de su mejor amiga y salía su brazo, con el reloj que le regalé, mientras la abrazaba. A mí, que le encontré el comprobante del celular que pensé que me regalaría por navidad y no me regaló nada.

    Shakira canta para mí, que llevé a su mamá a ponerse la vacuna del Covid – 19 mientras se iba de viaje a Cancún con la fulana y el hijo. A mí, que me dijo que iría a una reunión familiar, pero se perdió todo el día. A mí, que me dijo que me amaba y vi las capturas de todas las mujeres a las que les dijo lo mismo.

    A mí, que mientras estaba de viaje por trabajo, él se iba a la playa con ella. A mí, que tenía un horario de visita a su familia y era su amante. A mi, que nadie me dijo mientras muchas personas sabían. A mí, que hacía sus juegos psicológicos para hacerme sentir que estoy loca por dudar de él. A mí, que me dio Covid y cuando lo descubrí me tocó confinarme con él en la misma casa. A mí, que no me di cuenta y su serie favorita era Cheaters. A mí, que cuando estábamos amarrados de lejos estuvo amarrado con su exnovia a la vez. A mí, que cuando lo llamé por teléfono contestó ella, a mí que nunca quiso presentarme a su mamá porque resultó que yo era la otra.

    Shakira nos empodera, nos llama a ser las lobas que facturan  sin importar el qué dirán. Shakira nos dice que no vamos a aguantar sus mentiras, y no vamos a volver a callar y bajar la cabeza.

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